Los usuarios finales de la red son quienes, en definitiva, realizan la experiencia y son testigos del funcionamiento del sistema.

Un sistema no funciona si el usuario no puede utilizarlo.

En base a esta premisa basamos nuestra interface e invertimos la mayor parte del tiempo de gestión interactuando con el usuario y advertimos en los años de desarrollo de nuestros servicios que mientras un equipo debe ser configurado y luego administrado los usuarios deben ser:

  • Escuchados en sus necesidades.
  • Interpretados en sus requerimientos.
  • Valorados en su condición humana, pues no son máquinas.
  • Instruidos en las mejores prácticas de red.
  • Controlados en el buen uso del sistema.
  • Contemplados en el cambio.